27 enero 2012

Cosas de niños


El sábado pasado tuve la suerte de hacer la Ruta Verde, entre Benicassim y Oropesa del Mar, ida y vuelta. El mar y la luz del Levante son impresionantes. Mientras contemplábamos el mar había un niño que le contaba a su padre una historia: él veía un barco en el mar y otro a lo lejos, y de ahí se sacó que había una batalla de barcos... La que estaba conmigo comentó que el niño tenía mucha imaginación.

Al día siguiente, volvía de la universidad caminando y me crucé con un grupo de madres que venían con sillas de bebés y algún niño pequeño. Uno de ellos señalaba el cielo (ya había oscurecido) y le decía a su madre: Voy a subir, y cuando baje te contaré si es un castillo o un planeta... (La conversación seguía pero yo me la perdí). Y pensé que este niño todavía tenía más imaginación que el primero.

La verdad es que me ilusionó. Los niños no son tan distintos ahora de lo que lo fui yo, y las generaciones anteriores. Todos hemos soñado con cosas grandes. Y ver que los videojuegos, DisneyChannel y demás productos “nuevos” no han matado la imaginación de los niños es muy consolador. Ojalá que siempre conservemos la capacidad de soñar y de imaginar. Ojalá que esos niños lleguen a ser escritores, guionistas, directores de cine, o mejor, que sean lo que sean, cambien el mundo.

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