10 abril 2018

Sobre Poemía

Lo primero y más importante: ¿no os parece brillante llamarlo Poemía?, mi mente aún retumba de gozo con esta expresión que inmediatamente me remite a Poesuya solo que siendo honestos es más poemía que poesuya. Vale, ya paro.


Como comentaba hace unos años, iba detrás de un artículo de Fernando Ortiz. ¡Al fin encontré el título del artículo en una antología de José Luis Tejada! Se trataba de "Quién supiera escribir. Poemía, de José Luis Tejada", por Fernando Ortiz, en El País (Madrid), jueves 2 de octubre de 1986. Suplemento "Libros", pág. 9. Y una vez título en mano, me pegué con Internet para intentar localizarlo. Imposible.

Hasta este verano que pude pasarme por la Biblioteca Nacional, un lugar increíble que es visita obligada para quien no lo haya hecho (e incluso para los que sí). Después de que me hicieran el carnet y me etiquetaran debidamente, me dirigí a la hemeroteca. Me atendieron amablemente. No disponían de copia escaneada pero sí de unos microfilmes, y contra toda esperanza tratándose de un suplemento, ¡conseguimos localizar el artículo!

Vía

Después de tanta peripecia que no cambio por nada, porque ha sido una búsqueda de lo más interesante, os dejo aquí algún fragmento: 

Quisiera apuntar aquí que esa frivolidad tan andaluza tiene su origen en un profundo sentido de lo sagrado, consustancial a la cultura andaluza, lo mismo que lo es a la japonesa y a otras culturas milenarias. Pues en la copla al igual que el hai-kú-, y en las de Tejada con frecuencia, porque son magistrales hay conciencia hondamente sentida de la fragilidad y de la precariedad de la existencia, como corresponde a una voz que ha sabido hacerse eco del hondo y antiguo sentir de su pueblo. 
O como aparece en Desde un fracaso escribo (la antología que mencionaba antes):


(...) el flamenco de José Luis Tejada “es un canto casi religioso, el llanto ritual de todo un pueblo que sufre la travesía de un desierto eterno (2000: p. 57). [Desde un fracaso escribo.]
También hace años, recogí alguna de sus coplas, por si interesa compararlas con los haikus.

Y después del artículo, solo me quedaba localizar el libro Poemía, cosa que consiguieron hábilmente los reyes de Tarsis. Y así os puedo decir:

Si recordar vale, el olvido
-agua lustral-no vale menos.

***

por un ayer que se me desolvida

***

(...) por los hilos
del desrecuerdo, deja los asilos
de antes de ayer y acúdeme al presente.

***

No nos creamos que sabemos.
Mejor, sepamos lo que creemos.

***

(...) Dolor, amigo:
yo sé que eternamente vas conmigo
hablándome de Dios a tu manera.

***

Yo si necesito

saciar mi sed desaforada, enorme,
de eternidad, mi hambre desmedida
de infinito elevado al infinito.

***

¿Qué más que fuga somos?

09 abril 2018

¿Será un Decálogo?

Quizá a los poetas les pase como a Jaime Gil de Biedma... Pero mientras tanto, yo voy recopilando consejos para aprender a escribir poesía. De momento van dos, ¿llegará a ser un Decálogo?

1. La poesía tiene mucho más de lectura que de escritura, depende mucho de a quién escojas para leer, pero también de por quién te dejes recomendar en tus lecturas. (La poesía de Fernando Ortiz)

2. Traducir poemas de lenguas extranjeras:  cosa que aún considero la mejor manera, para un poeta joven, de entender el espíritu de la propia lengua de un modo profundo y productivo (Stefan Zweig en El mundo de ayer)

Haced caso a los maestros, oh poetas.