24 noviembre 2013

Semana de perros

Y no digo que me he levantado todos los días con el pie izquierdo, porque como soy zurda, le tengo cariño al lado izquierdo de la vida.

[Abstenerse de leer los que no soporten las palabras soeces, acá palabrotas]

Empecé la semana volviendo de la gélida Pamplona a tierras catalanas. El paso de llevar tres capas (dos jerseis y abrigo, más bufanda, gorra y guantes) a la llegada a Barcelona, fue mi primer error, y me dejé en el portaequipajes el abrigo y no me di cuenta hasta el día siguiente. Bueno, no pasa nada, me dije, Barcelona era fin de trayecto, así que lo tendrán en la estación de Sants, y podrás acercarte el fin de semana. Menos mal que una vocecita en mi cabeza me hizo googlear "objetos perdidos", y de ahí escribir un e-mail a Renfe, tras el cual se me informó que "comenzamos el trámite para la localización del objeto al que usted hace referencia". ¡Anda! ¿Tan difícil era? El "objeto" apareció pero en la Oficina de Talgo a la que no se puede acceder en transporte público porque "La citada nave de la casa Talgo está en medio de un parque de vías de tren donde no se permite el tránsito de peatones, por lo que la     mejor manera de llegar es en coche particular, sea suyo propio o taxi." [¡Hay que joderse!]  "Al respecto le informamos que también puede solicitar la retirada de la cazadora, a una empresa de transporte y envío a portes debidos (mensajería), manera más económica frente al uso de un taxi." Aún tengo el dilema de si puedo vivir sin el valor útil y sentimental asociado a mi "objeto perdido".

¿Y en el trabajo? ¡Bien, gracias! Había dejado a mis células HeLa bien diluidas para el fin de semana largo que me había montado, pero cuando las fui a ver, estaban medio muertas las pobrecillas... Esta semana, ¡por fin!, tenía dos sesiones de cryoTEM enteritas para mis muestras... Llevo ¿más de mes y medio? persiguiendo al técnico, porque estaba copado por las clases de grado y de máster, y las pocas horas disponibles ya estaban reservadas o era necesario priorizar las muestras, con lo cual las mías iban quedando relegadas a último lugar. Con todo cariño me pongo a prepararlas el miércoles, y por estar en las putas nubes, eché sobre el mismo tubo dos muestras, destrozando lo que había preparado durante ese día. No pasa nada, me dije, calculo de nuevo la concentración, y según lo que salga en cryoTEM, saco conclusiones. ¡Ja!, idiota optimista de los cojones, no se veía nada, así que queda la eterna duda que me hará repetir otra vez todo...

Mi nariz (no sé si por la presión o por qué exactamente) lleva sangrándome creo que todos los días de esta semana, por la mañana o por la noche. El jueves me manché los pantalones con la bromita, y estuve todo el día, estirándome la camiseta para tapar las gotas vergonzosas. Porque me fui a casa aprovechando mi desencanto con el cryoTEM, y cuando estaba de camino en el autobús de la UAB a Cerdanyola del Vallès me di cuenta de que no había cogido las llaves de casa... Ya que estaba probé a llamar al telefonillo, aunque sé de sobra que no era probable que hubiera alguien, o que si lo había, nadie contesta nunca a la puerta. Me volví a la UAB con los mismos pantalones, y con la promesa firme de llevarme algo de ropa en el hipotético caso de que tuviera un percance similar.

¡Y menos mal que lo hice! Porque el viernes, sobre el mediodía, descubrí que los pantalones que llevaba puestos se habían desgarrado (os dejo adivinar por dónde), y al menos pude ponerme un par de vaqueros viejos. Vamos, que estoy como los niños que necesitan llevar ropa de recambio a la guardería: igual.

El jueves había quedado en Barcelona, en un sitio en el que no había estado nunca, y consulté Google Maps. Me quedé tranquila porque el metro me llevaba directamente, pero... olvidé fijarme qué línea tenía que coger y en qué parada bajarme, cuando ya no tenía posibilidad de mirarlo en Internet salvo por mi móvil que casi estaba sin batería... Llegué puntual, pero no así el viernes: esta vez apunté línea de metro y saqué una foto de las indicaciones para llegar andando, pero ponía girar a la derecha, y yo que debo ser medio disléxica (por decir algo suave) giré a mi otra derecha, y en vez de subir a El Carmel acabé en la Sagrada Familia, donde cogí un taxi porque estaba absolutamente desorientada.
Distancia entre dónde quería llegar y dónde llegué realmente (por mis propios medios)

Sí, todo me pasó a MÍ, en tan solo 5 días... Pero lo peor es que no me he alterado lo más mínimo..., ya me voy conociendo y sé qué se puede sacar de esta materia prima que me conforma, y las risas que me echo a su (a mi) costa. Nota final: todo esto era muy largo para tuitearlo en 140 caracteres.

4 comentarios:

  1. Como persona que suele sangrar por la nariz sin venir a cuento, te entiendo perfectamente XD. Pero oye, llevar pantalones de recambio en ese momento crítico ha hecho que pases de posible semana negra a semana de perros ;P

    Y tranquila con lo de tu otra derecha, que además de sangrar por la nariz siempre que me dicen derecha me voy a la izquierda XD No estás sola en este mundo.

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    1. jajaja. Tranquila estoy xD
      Pero es que pensado (y contado) todo junto quedaba un microrrelato espectacular xD que demuestra que la ficción a duras penas consigue ser tan fantástica y creativa como la realidad xD

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  2. ¿Al menos compraste lotería o algo por el estilo? :D

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    1. No suelo comprar esas cosas... Me vi en un compromiso con un compañero de trabajo y el cole (o guardería) de su hija, pero fue hace 15 días, si mal no recuerdo xD

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