25 febrero 2013

La vida sigue igual

¡Hola blogomundo! ¿Sigues igual? ¡Más alto que no oigo!

Quería emitir en la onda para que comprobéis empíricamente que sigo viva y activa. Intentaré no ponerme melodramática, pero si echo la vista atrás como enseña el último libro de EGM, me maravillo como un niño pequeño ante los regalos de cumpleaños. No podéis llegar a imaginar cuánto me ha ayudado esta historia interminable a lo Ende, cómo he mejorado y pulido desde el estilo de escribir (bueno, ese recorrido es público) hasta la temática y la manera de divulgar la ciencia. En general he tenido la suerte de codearme con grandes personas detrás de alias internáuticos mega-frikis, pero es que yo estoy con Chesterton: hay disfraces que no tapan nuestra personalidad sino que la revelan en toda su potencia.

Así que mi silencio en esta bitácora no es porque no esté a gusto, sino que en esta vida polifacética y de pluriempleo ando metida en un puñado de magníficos proyectos. Los Reyes de Tarsis fueron generosos y más rápidos que MRW y me han traído un trabajo temporal que espero que se convierta en motivo de tesis. Al final, Darwin tenía razón: se evoluciona y este siglo XXI parece que acelera el proceso global. No quiere decir que cierre el puesto, pero como bien le he leído a EGM para escribir hay que leer y reflexionar por lo menos el triple. Temas que contaros tengo de sobra: un buen montón de ideas hiperactivas, otras más olvidadas que van cogiendo polvo y telarañas,..., espero que lleguen a materializarse en algún post en vez de revolotearme en la cabeza.

Yo sigo igual. Despistada, con la cabeza en mil cosas y planes que no nunca acabo de hacer, todo el día soñando, y sí me siguen pasando sucesos fuera de lo normal: me confunden por la calle con una concejal de este pueblo nuevo al que me he mudado (¿?), me asaltan animales (perros y un gato), y me encuentro hablándoles como a los mendigos que te piden dinero: no, yo no... Vamos que sigo cabalmente como una cabra.

Estoy enganchada a la ciencia ficción de Asimov, porque es un género que engancha; pero también con Shakespeare y Delibes. Si hay tiempo habrá reseñas, y de las películas de cine que más me han marcado últimamente (El lado bueno de las cosas, Los Miserables, y mención especial porque que yo sepa es absolutamente desconocida por todos y me gustó mucho Así somos). Pero al final y ya que estamos, barriendo para la familia y sin ocultar favoritismos, os recomiendo este vídeo promocional hecho por mi hermanísimo


.Es una manera de que entre cazuelas y erlenmeyers, soñar sigue siendo ser gratis.


15 febrero 2013

Formulario de quejas y reclamaciones

No tengo nada.
Nada de nada.
Me despojé de la ropa,
las señas, los retratos.
Hasta de la misma entrega
estrenada, enreciada
en mil vientos (o eso parecía),
me la has devuelto sin tocar.

Tanto esfuerzo, tantos días
luchando por agradarte
y ahora...
¿Sabes? Me fié de ti y los tuyos
hasta las últimas consecuencias...

¿Que lo hice mal? Ya lo sé.
Puede salvarme la intención,
pero ¿y a ti?

No dejo de pensar que podría
haber sido de otra manera...
Tú más claro, yo menos cabezota.

Intuyo que para construir
un futuro, he de aceptar mi pasado.
Y no puedo.
Mi vida es demasiado corta,
y la experiencia aún más.
Tengo la odiosa sensación
de haber malgastado la vida en
algo que no lo merecía.

¡Ojalá pudiera invertir
emociones y pensamientos!
Claro que se necesita tiempo y fuego
para forjar de nuevo (quizá en este caso
haga falta frío que temple lo vivido).

No sé, el caso es que estoy hecha un lío.
Que no había pensado en un final alternativo
y me quedé atrapada en el entremés del guión
inicial y ahora soy un personaje
a medio hacer, con más dudas que acciones,
atrapado entre palabras a medio pronunciar:
sin saber ya si sueño.

09 febrero 2013

El 114 contraataca de nuevo

Nos explica Francis th(E)mule's blog que el "físico Eugene Wigner acuñó el término “número mágico” para referirse a ciertos números de protones (o de neutrones) en el núcleo atómico para los que se espera que sean mucho más estables que los demás, en concreto, 2, 8, 20, 28, 50, 82 y 126. Los núcleos doblemente mágicos son ideales para estudiar la fuerza nuclear efectiva que une a los nucleones entre sí." Aunque tal como dijo Maria Goeppert-Mayer en la lectura de su Premio Nobel, una vez que se consigue explicar científicamente por qué hay núcleos más estables que otros, estos números dejan de ser mágicos, para ser simple y llanamente (puede que aburridamente también) números de capa nucleares.

El patrón de estos números mágicos surgía al representar las propiedades de un átomo con respecto al número de neutrones o bien, el número de protones del núcleo, más que si se representaba frente a la masa atómica. Teller y Goeppert-Mayer tropezaron con los números mágicos al estudiar el origen de los elementos: ¿por qué el hidrógeno y el helio son los elementos más abundantes del Universo, pero el litio (siguiente en la tabla periódica) no sigue la tendencia? Los núcleos de los distintos isótopos que estudiaron tenían algo en común: 82 neutrones y 50 neutrones. Si los núcleos de este tipo eran inusualmente abundantes, indicaba que su estabilidad había jugado un papel en la formación de los elementos a partir de las estrellas.

(Vía)
La teoría por la que Maria Goeppert-Mayer recibió el Nobel postulaba que así como los electrones se "colocaban" según la estructura atómica en forma de orbitales y capas de energía, en los núcleos ocurría algo similar, y diferente por otra parte: las energías que "manejamos" en el núcleo y los electrones son muy distintas. Así que, que un elemento sea estable por configuración electrónica (los gases nobles, y en general, aquellos que han llenado su última capa) no se correlaciona con los números mágicos del núcleo. 

La segunda diferencia es que en el núcleo tenemos dos tipos de partículas, neutrones y protones, y cada una tiene un espín. Si bien la teoría de Goeppert-Mayer asume que la energía de neutrones y protones es parecida, ya que los números mágicos están relacionados con el número de uno u otro tipo de partícula. La solución a la sorprendente cuestión de la estabilidad de estos núcleos mágicos, se le ocurrió a Enrico Fermi cuando bromeando le dijo a Goeppert-Mayer: ¿has probado con el acoplamiento espín-órbita? Y Goeppert-Mayer se dio cuenta de que esa era la solución, aunque Fermi no la tomó en serio hasta sus demostraciones de la semana siguiente.

Para describir a un electrón de un átomo, usamos varios números cuánticos: la capa, el espín,... Estos números no son independientes, están relacionados unos con otros a través de fórmulas matemáticas con bastante sentido físico. La genialidad de Fermi fue acertar en que a los protones y los neutrones les ocurre también: se acoplan los términos de momento angular orbital y de espín. Es más, hay una interacción fuerte entre el momento angular orbital y el de espín, de manera que los niveles de energía nucleares tendrían una energía más baja (conveniente para el núcleo, igual que a los seres humanos nos conviene no gastar todo nuestro sueldo el primer día). 

Los físicoquímicos representan el átomo a base de osciladores (parecidos a los muelles de Hooke), y así nos pueden decir que un número mágico de neutrones o protones se obtiene cuando los estados de todas las capas del oscilador llegan al de siguiente energía que está lleno. Lo que ocurre, para desgracia de nuestros queridos números mágicos, es que a partir de 50, la repulsión de Coulomb entre protones es más fuerte que la estabilidad mágica, así que es complicado tener números mágicos por encima de 100 (50 protones que tiene el estaño). 


En los núcleos donde tanto los neutrones como los protones llenan niveles sin completarlos, los nucleones individuales suman sus vectores de espín en un vector de espín total J. Incluso con la restricción del principio de Pauli, muchos estados de los momentos angulares totales existen.
De manera que para estos núcleos hay reglas para predecir cómo los nucleones individuales acoplan sus espines al espín total nuclear J. En un núcleo con un número de neutrones par y número de protones impar, los neutrones acoplarán sus espines a cero y no influirán en el momento angular nuclear. Los protones normalmente acoplan sus espines a un momento angular total J que es igual al del momento angular j del nivel que está siendo llenado, y solo un poco menos de la unidad. Y lo mismo pasa al intercambiar los términos neutrón y protón.  





Es un hecho experimental que todos los núcleos con un número de neutrones y de protones par tienen un momento angular cero. Por lo tanto, en un núcleo de número de neutrones N par, número de protones impar Z, hay un núcleo par-par con N neutrones y Z-1 protones. El último protón ocupa una órbita alrededor del núcleo sin espín. Y todas las propiedades nucleares, de espín, de momento magnético, etc. se deben a la última partícula impar. Aunque esta aproximación no sirva para todas las propiedades nucleares..., el modelo tiene algunos límites. Les recomiendo disfrutar de los detalles en la fuente directa.



Pero ahora sorpréndanse conmigo, cuenta Sam Kean en La cuchara menguante,
 "resultó que después del uranio apareció un núcleo casi estable, el del elemento 114. En lugar de ser solo ligeramente estable (...) el 114 podría sobrevivir varios órdenes de magnitud más que la decena de elementos pesados que lo preceden [en microsegundos]". ¡Rayos y truenos! No puede ser... Amigos de la blogosfera, anden con cuidado... Confieso que yo antes era una persona normalísima (y como sospechan mortalmente aburrida), y decidí probar suerte con un blog personal bajo el amparo de un pseudónimo. No sabía que 114 no regala nada..., todo lo contrario... 

Sigamos con la historia de Flerovium, el científico Oganessian del tan conocido instituto nuclear de Dubna (Rusia) declaró que se ha demostrado que existe una isla de estabilidad de elementos transuránidos, relacionado con los números mágicos de Wigner and company. La polémica está servida con el 114, que debería comportarse químicamente como el plomo, pero que según mis amigos de Dubna parece que se comporta más bien como un gas noble. Puede que estos problemas sean consecuencia de la corta vida media de este elemento que dificultaría la medida de sus propiedades químicas (aunque en soporte 2.0 aguanta mucho más, al menos más de un año lleva ya en blogger, el pesado, ejem, ejem). En concreto se usa un tubo de oro, con el que cualquier metal similar al plomo reaccionaría. Los gases nobles al no interaccionar, recorrerían más tubo, y esto es precisamente lo que ocurre con el 114. Así que pretenden sintetizar elementos más pesados para corroborar la teoría de los números mágicos en elementos ultra-ultrapesados [Referencia].

Por si quieren saber acerca de la vida media de 114 en Internet, en julio de 2012, @DaniEPAP me dio un consejo, que fue mi perdición... Con una cuenta de Twitter de @Ununcuadio perdí ya todo contacto con el 1.0 hasta borrar mi primera y REAL cuenta de Twitter porque ningún bloguero me seguía por mi nombre sino por Uuq... Y encima la IUPAC me cambia de nombre, así que me encuentro en un estado precario de existencia 2.0, que los reyes magos de Tarsis han venido a apuntalar, ¡miren, miren!


La luciré en el próximo Naukas, Hablando de Ciencia, etc., etc., para que me reconozcáis ;)


Este post participa en la XXII Edición del Carnaval de Química acogido en el blog Roskiencia, cuyo autor es @ismael__ds/@roskiencia y en la XXXIX edición del Carnaval de Física en el zombi de Schrödinger

03 febrero 2013

Y el elemento 80 es...

Una de las muchas 'cosas chocantes' de la carrera, fue cuando en la asignatura de Física I definieron la temperatura como una escala: así como el calor sí es un proceso físico, la temperatura no sería nada más que una 'invención humana' para cuantificar el calor. De hecho, probablemente te suenen que no solo hay grados Celsius, sino Fahrenheit, que es otra escala diferente. La escala Kelvin es un poco distinta a las anteriores, porque toma como cero el cero absoluto.
(Vía)

(Vía)
El termómetro entonces, no es más que un capilar de vidrio que contiene un líquido que se dilata cuando se somete al calor (y se contrae en el proceso contrario), y si a lo largo de este capilar hemos dispuesto nuestra escala de temperatura, y conseguimos  estandarizar el proceso, habremos conseguido medir la temperatura. Parece que al principio el líquido empleado era agua, pero tenía limitaciones ya que se congela sobre los 0ºC, con lo que deja de servirnos para temperaturas más bajas. Probablemente muchos hayamos conocido los termómetros de mercurio, que es el único metal de la tabla periódica que es líquido, y atractivo para encapsularlo en un termómetro. Ahora están prohibidos porque el mercurio es bastante tóxico, aunque esto provocaba muchas bromas irónicas entre mis profesores. Porque el mercurio en estado elemental (que es el estado en los termómetros) es inofensivo, y por muchos termómetros que rompiera un niño en su infancia tratando de librarse del colegio, y por mucho que decidiera tragarse esas bolitas tan curiosas, apenas absorbería ni un 0,01%.  El problema en realidad está en los vapores del mercurio, y como es un elemento muy volátil con solo calentar con un mechero, se desprenderían vapores neurotóxicos, a los que estaban más expuestos ciertos oficios como los sombrereros (1 y 2) y también los buscadores de oro. El peligro estaría en que el mercurio en el metabolismo de los seres vivos, puede pasar de mineral a formar parte de compuestos orgánicos y entrar en la cadena trófica, así que no viene mal que tomemos precauciones para evitar desastres a lo Minamata.

Pero a los científicos nos va el riesgo, siempre que pongamos todos los medios de seguridad, y no es raro que en los laboratorios se sigan usando los termómetros de mercurio retirados del mercado, entre otras cosas, porque como hemos explicado, el mercurio elemental NO es tóxico. Además, el mercurio como elemento líquido presenta una interesante propiedad y es que puede formar amalgama con otros metales, y los químicos lo usamos para medir.

Ahí tenemos nuestra gota de mercurio, vía
La voltametría o voltamperometría de redisolución es un método electroquímico que evalúa en la celda de trabajo la intensidad según la concentración del analito; y para ello se emplea una gota de mercurio. Hay tres tipos de voltametría: anódica, catódica y de adsorción.

La anódica nos sirve para evaluar cationes (partículas que han perdido dos o más electrones, y presentan una carga neta positiva). Primero, se lleva a cabo una etapa de concentración de la muestra sobre la gota de mercurio aplicando un potencial muy negativo. Después, viene una etapa de reposo para que se produzca la amalgama entre el mercurio y el metal que queramos medir. Para acabar, la etapa de redisolución en la que se aplica un potencial positivo: de esta manera, los cationes irán saliendo según su potencial. Al salir aumentará la señal eléctrica que será proporcional a la concentración de metal que tengamos en la muestra.

La catódica (como ya habrás adivinado, avispado lector) sirve para evaluar aniones (partículas que han capturado dos o más electrones, y tienen por tanto, una carga neta negativa). La etapa de concentración se haría en este caso con potenciales muy positivos. Por último, la voltametría de adsorción sirve para moléculas orgánicas.

Esto es lo que obtenemos y lo que interpretan los científicos, fuente
Por ejemplo, yo he usado la anódica para evaluar la concentración en metales pesados de un agua de río (en concreto de cobre, cinc, cadmio y plomo). Es una técnica de gran ayuda porque permite detectar cantidades muy pequeñas presentes en la muestra: sobre la gota de mercurio, se irán depositando y "concentrando" los metales que nos interesa medir, y conociendo su potencial de oxidación podremos identificarlos fácilmente. Se podría usar un electrodo de otro metal, pero la gota de mercurio presenta la ventaja de que podemos usar una por cada experimento, y así nos aseguramos de que esté "limpia". Porque si empleamos un electrodo sólido puede haber restos de experimentos anteriores, o puede estar deteriorado por abrasión de tanto limpiarlo. Como inconveniente, estas técnicas requieren que la matriz orgánica esté perfectamente atacada para que no interfiera (no puedo poner directamente comida de perro machacada, porque no detectaría nada, antes habrá que tratarla).

Y por supuesto, tendremos que tener el máximo cuidado con el mínimo residuo de mercurio para evitar contaminar.

Este post participa en la XXII Edición del Carnaval de Química acogido en el blog Roskiencia, cuyo autor es @ismael__ds/@roskiencia y  también en la III Edición del carnaval de Humanidades que se encuentra en El cuaderno de Calpurnia Tate






02 febrero 2013

Una guía para estudiar la tabla periódica

Por lo poco que puedo recordar de mi Secundaria (y no es culpa de que haya pasado mucho tiempo sino de memoria de Dori), una parte principal de la Química que estudiábamos pasaba por la nomenclatura de compuestos, estudiar la tabla periódica y entender el concepto de mol. También se estudiaba un poco de historia para entender el átomo y las distintas representaciones que ha tenido a lo largo de la historia, con suerte se llegaba hasta introducir los rudimentos de la mecánica cuántica en forma de la ecuación prácticamente satánica de Schrödinger. No recuerdo que nadie estuviera demasiado interesado en aprender más química, que parecía de por sí bastante esotérica e incomprensible, lo que era un craso error. Porque si uno no se limitaba a aprender de memoria dónde estaba situado cada elemento en la tabla periódica, y buscaba entender,llegaba a la bonita conclusión de que nada de lo que se enseña es arbitrario ni superfluo: TODO en química tiene una razón de ser, que además, suele ser ingeniosa y elegante. Si uno llega a ese punto, me temo que ya no hay vuelta atrás..., estás irremisiblemente condenado a ser científico, o aún peor a terminar siendo nada menos que QUÍMICO, y esa es una aventura que desearía para todos sin excepción. Los orbitales no son un invento para hacer suspender a los estudiantes de la ESO, ni la tabla periódica existe para que desarrolles la memoria visual. Es cierto que probablemente los libros de texto no favorezcan esta "inmersión" en la ciencia y en concreto en la química, pero ahí entra la misión del profesor y del divulgador científico. Por eso, recomiendo a todos los estudiantes, La cuchara menguante y otros relatos veraces de locura, amor y la historia del mundo a partir de la tabla periódica de los elementos de Sam Kean.

(Vía)
No solo aprenderás filosofía, historia y anécdotas de cada tipo que te darían para saturar el blog de Ismael a base de entradas sobre los elementos, sino que lo más valioso (al menos para mí) del libro es que te proporciona las herramientas básicas para entender (y empezar a ser químico):

[Hablando de la forma de la tabla periódica] "Es un poco como un castillo con un muro desigual, como si los reales albañiles no hubiesen acabado de levantar el lado izquierdo, y dos torres altas en los extremos. Cuenta con dieciocho columnas irregulares y siete filas horizontales, además de una 'pista de aterrizaje' formada por dos filas adicionales que aparecen separadas de la base. El castillo está construido con 'ladrillos' y la primera cosa que no es evidente es que los ladrillos no son intercambiables. Cada ladrillo es un elemento, o tipo de sustancia, y el castillo entero se derrumbaría si cualquiera de ellos dejase de estar exactamente donde está. (...)
La razón de que nos entretengamos con el plano de las paredes del castillo es que las coordenadas de un elemento determinan prácticamente todo lo que tiene de interesante para la ciencia".

¡Toma ya! Alumnos de Secundaria, acaban de tener la lección más importante de química, en la página 19 de este libro, puede que durante el instituto y sus clases y libros no vuelvan a tener una visión tan preclara de lo realmente importante de esa tabla periódica. Kean acaba su libro haciendo un alegato de que si existen civilizaciones alienígenas que un día llegan a nuestro punto azul pálido, deberíamos mostrarles la tabla periódica, porque es lo más importante conseguido por la civilización humana. Bueno, discrepo del señor Kean y eso que soy "fan" de la tabla periódica y aún guardo mi primer ejemplar (de 2ºESO), pero creo que prefiero una tableta de chocolate, el museo de El Prado o un evento tipo Naukas.
Esta es mi querida tabla periódica

Se nota que Sam Kean estudió física, y a mí me ha cautivado especialmente con las explicaciones acerca de la teoría de los números mágicos, los superconductores y mucho más. La parte nuclear me ha sabido a poco, después del muy recomendable Antes de Hiroshima. De Marie Curie a la bomba atómica. También me ha sabido a mal que un repaso a la historia científica, no hable más de alquimia y de Alberto Magno, que es considerado como el padre de la ciencia moderna. Y, sin quitarle ningún mérito al autor, que me ha hecho disfrutar con cada historieta del libro, me ha parecido demasiado básico. Por eso, mi recomendación es para los que se están iniciando, y la persona a quien regalaré mi ejemplar es mi hermana pequeña. Porque sí que me parece la mejor manera de acercarse a la ciencia (y a la tabla periódica más en concreto): descubrir los gases nobles con Platón, el europio en los billetes, los venenos más tóxicos de la tabla, la Guerra Fría berkelio-dubnio, y mucho más. para terminar os dejo con el inquietante vídeo de la cuchara menguante...

Este post participa en la XXII Edición del Carnaval de Química acogido en el blog Roskiencia, cuyo autor es @ismael__ds/@roskiencia y  también en la III Edición del carnaval de Humanidades que se encuentra en El cuaderno de Calpurnia Tate



01 febrero 2013

Fin de la XXI Edición del Carnaval de Química



Me hubiera gustado dedicar más tiempo a este Carnaval, quizá no dar más la matraca pidiendo post por las redes sociales, sino escribiendo más. ¿Más? Sí, se me han quedado bastantes ideas en el tintero, porque como tal como predije en su momento, he tenido que invertir mi tiempo en otros menesteres. Considero que fue una gran idea, secundar a Luis Moreno en su defensa de que la Ciencia es Cultura. ¡Nada menos que 47 entradas de 27 blogs! Gracias a todos los que lo habéis construido, participando o queriendo hacerlo, aunque luego la vida sea compleja, como bien puedo comprobar...

Vaya por delante que igual se me ha escapado alguna entrada. Si es así, disculpas adelantadas y avisadme para corregirlo.

No me pude resistir a introducir un punto de frikismo añadiendo "Los químicos dominaremos el mundo", quería hacer un logo más chulo, pero soy nula para dibujar o para el diseño gráfico.

Si quieres ver las entradas en el orden de participación, puedes consultarlas aquí. Yo prefiero ordenarlas "a mi manera". El blog Moles y Bits inauguró esta Edición, y ha participado con 4 entradas, 3 a cargo de Luis Reig, y la primera por Jorge Alemany, que creo que se ha estrenado en esta edición, ¡bienvenido! En Drogas de diseño, malos aliados , tenemos una completa Wikipedia de estas drogas de consumo, y ha prometido una segunda parte. En la Química del tupé de Imanol Arias (parte 1 y 2) puedes recorrer la historia de los peinados que como no podía ser de otra manera está implícitamente relacionada con la Química, y sí llegaremos hasta el tupé fiestero de Imanol. Seguro que tomas habitualmente café, ¿sabes cómo funciona a nivel molecular para mantenerte despierto? (Esto es cultura general, jeje).

Bernardo Herradón ha participado desde sus blogs Educación Química y Los avances de la química, porque por si no lo sabías es el organizador del excelente III Curso de divulgación de Los avances de la química y su impacto en la sociedad, y si (como yo) no estás pudiendo asistir, siempre puedes leer su introducción al curso, contestar a todas las preguntas sobre historia de la química y contrastar tus respuestas (al menos hasta Lavoisier). Ayer participó con el anuncio de la sesión sobre un tema tan controvertido como lo natural y sintético en química.

Menos mal que en este país quedan jóvenes como Ismael Díaz que no ha dudado en bucear en la historia de la escritura y sus soportes para hablarnos de química y cultura.

El padre del Carnaval, esta vez nos hace un recorrido por las obras del divulgador científico y escritor Isaac Asimov.


MªJesús es otra de las blogueras incondicionales, ¡y atentos! porque se pone seria para advertirnos de que seamos críticos con los productos de higiene y cosmética, y para regañar a Brutus (sí, el de Popeye).

Otro incondicional que no podía faltar es el blog de XdCiencia que esta vez nos habla de nuevos materiales.



Indispensable que leas la segunda parte (que te llevará a la primera) de Ciencia y Cómics por Alexis Hidrobo: ¿qué tienen que decir la química y la nutrición acerca de la energía de Flash? Para asociaciones surrealistas, no se pierdan a Luis Moreno relacionando los Simpson con la química,. En la plataforma de Hablando de Ciencia, escribí acerca del vino y los compuestos que se forman en la fermentación, aunque algunos haya que vigilarlos por tema de salud.

Calpurnia Tate no podía faltar en esta edición, por algo viajó hasta París para traernos arte y sus crónicas científicas I y II. Ya sabéis que Luis está preocupado por la docencia de la química, así que profesores cuidadito con decir que el NaCl es una molécula. Y cómo es imparable, una reflexión acerca de Química, cultura y marketing en el blog de AECC.

John Doe, que llega de la anterior edición, trae una propuesta interesante para los profesores de ciencias, y en cualquier caso no te puedes perder las fantásticas fotografías de Química bajo el microscopio, ¡eso sí que es belleza en la ciencia!

www.huescamedioambiental.es también repite en esta edición (gracias a los ánimos de @bioamara), y nos trae un ejemplo de cómo se puede hablar de ciencia con la literatura, además de recomendaciones de buen cine aprovechando la química del color (o viceversa).


La anfitriona de la redonda XX Edición ha participado con dos entradas, una sobre cómo evitar la toxicidad del cobre mediante hongos, y la otra sobre la estupendísima ciudad de Granada centrándose en la labor (química) de la restauración de los leones de la Alhambra. Los granadinos, además de con Rosa, cuentan con Oskar para ensalzar la belleza de la ciudad y cómo podemos ayudarnos de los microorganismos para conservar su patrimonio (el de Granada, ¿eh?).

Hablando de microorganismos, no podían faltar J.J. Gallego ni Manolo Sánchez... Porque, para que lo sepas, los microorganismos pueden estar detrás de la lluvia (nos cuenta Manolo) o, como ya nos contaron Oskar y Rosa, estar detrás de la conservación del patrimonio (J.J. Gallego nos cuenta de las cuevas de Lascaux), además de tener implicaciones en la agricultura. Desde el podcast del microbio Manolo nos cuenta cómo científicos españoles y británicos han conseguido engañar al VIH. También sobre virus es la entrada de Ramón Andrade, Norwalk el virus que se hizo paracaidista.

Sergio L. Palacios está recogiendo las 50 soluciones a la paradaja de Fermi, y para abrir boca por si no estás enganchado a la serie, nos manda la aparición de la vida y la transición procariota-eucariota

La química también tiene campo de acción en los fertilizantes que permiten que nos alimentemos, Germán Tortosa nos cuenta las influencias de las Guerras Mundiales con el proceso de Born-Haber entre otros. De medio ambiente, Aitor Santisteban hace una interesante comparación entre transgénicos e incineración de residuos.

Si eres investigador, seguro que has sufrido el tener que replicar un paper y obtener escasos resultados, desde Francis th(E)mule's blog nos explica una nueva iniciativa que ojalá "se contagie". Como no, la polémica está servida desde Casa SCIENTIA, para denunciar (con razón) la incultura en Público.es, traer las buenas nuevas del Resveratrol. Y mi favorita es Pikachu vs Isidoro

Y este blog también tenía que participar con la Guerra Fría, el celuloide del cine y continuando la serie del santo patrón del blog Alberto Magno, que ya se ha hecho mayorcito y es todo un alquimista sin saber que pone las bases para la ciencia moderna.

Me llega una última entrada de JM Mulet: Cuando la genética conoció a la bioquímica y una pregunta trampa las unió. Se me había traspapelado además una de Jesús Quirantes Ros sobre El jabón y la suciedad. Química para abuelas. Y apurando hasta erl final, ¡participa Experientia Docet con Es hielo abrasador, es fuego helado!
Con esto me despido... no sin antes anunciarles que la XXII Edición estará en el Roskiencia, el blog del más joven científico de la blogosfera que se aprendió por gusto la tabla periódica, ¡tienen una cita allí cuando él nos avise!