07 octubre 2012

Naukas- #bilbao12

Lo primero a decir es que ha sido una lástima perderme este evento único de divulgación científica (al menos cada año) y más teniendo Bilbao tan cerca, cuando quién sabe dónde acabaré viviendo para 2012-2013 (quizá, ¿en Marte?, podría ser una buena opción para hacer la tesis :P). Por suerte, vivimos en la época de las nuevas comunicaciones, y pude disfrutar a ratos del streaming en directo, de los tuits con hashtag de #bilbao12 y me he tragado todos y cada uno de los vídeos (absolutamente recomendables) que gracias a Eitb y por cortesía de la web de Naukas podéis ver aquí, aquíaquí y aquí.
(Vía)

Un fuerte aplauso a los organizadores, los ponentes y los que de una manera u otra hicieron el evento Amazings-Naukas. Si sois tan frikis como yo (y muchos más) podréis apreciar que la ciencia es algo asequible para cualquiera que decida dedicar parte de sus conexiones neuronales a pensarla, y que influye en nuestros sueños (la conquista del espacio), conocimiento (desde Altamira, hasta los animales), que nos rodea en la vida diaria (desde las películas de dibujos animados, hasta la publicidad de cosméticos y alimentos), y en todo lo de alrededor. Y ya digo, sin perder el rigor científico pero haciéndolo comprensible al público general, y sin perder nunca, nunca, nunca, un sano sentido del humor. El formato de charlas de 10 minutos agilizan mucho al personal (yo he echado de menos que hubiera turno de preguntas, que a veces es con lo que más se aprende), y esa mezcla de precisión y de actuación (música, imágenes, juegos, participación del público, etc.)

Han conseguido algo impensable quizá en la sociedad española: a pesar de los recortes (que nos afectan a todos, y que han dejado temblando a la ciencia e investigación con denominación de origen), de que los tiempos no son los mejores, de que los profesores se quejan de la LOGSE y la LOE, y de que los alumnos llegan "peor preparados" a la universidad... A pesar de todo esto, ha triunfado su apuesta por divulgar, por acercarse al público, ¡cuidadín que conquistarán el mundo :) !

(Vía)
Ahora bien..., como me he tragado vorazmente todos los vídeos, he felicitado y tuiteado, y masacrado a dudas al personal, me vais a permitir que sea también crítica (y si no estáis de acuerdo conmigo, tenéis espacio en los comentarios para contradecirme). Y es que, el evento me permite distinguir dos tipos de divulgadores: los que son tan buenos que se les nota a la legua y los que son buenos pero arremeten contra todo lo que no les parece bien. Hay veces que me achacan que me falta sentido del humor para apreciar las bromas, puede ser, aunque la gente que me conoce puede alegar en mi defensa que me río todo el rato y con cualquier cosa.
Pero, lo siento, me revienta que se metan con los creyentes y con la Iglesia católica más en concreto. Entiendo que los pullazos van contra políticos, contra malos divulgadores, malos publicistas, etc., que hay bromas picantes (con las que me he reído mucho, por no hablar de la estupenda actuación de @bynzelman), pero no soporto (lo sé, soy una intolerante) que se digan alegremente blasfemias y se critique (a veces sin conocimiento de causa) a la religión. 

Para empezar, por mucho que estemos a nivel divulgativo, considero que nos encontramos en un ambiente universitario, así que deberíamos prescindir de expresiones vulgares y tacos (esto solo es mi humilde opinión). Y yo distingo entre taco y blasfemia, quizá por la educación que he recibido: me han enseñado a respetar y valorar cada persona así como sus ideas y creencias. Desde pequeña me ha llamado la atención cómo a mi madre le molesta oír en personas de relevancia (como el director de su banco) que digan blasfemias. En el ejemplo mencionado, me dijo: "Si esa persona dice que es muy amiga del obispo X..., aunque no sea creyente, ¿cómo no respeta en lo que cree su amigo?". Esto me lleva a dos reflexiones: ¡qué poco hacemos valorar los cristianos a nuestro Dios!, y una manera de medir cualitativamente el grado de amistad.
¡A LAVAR LA BOCA CON JABÓN!
(Vía)

Alguna vez que he defendido mis ideas, me he encontrado con que según los otros participantes del debate no tengo razón: "la religión es igual de acientífica que las pseudociencias", "¿por qué voy a tener más respeto por tu dios que por tu unicornio volador?". A veces, he intentado explicar que uno no puede calumniar ni difamar a las personas (so pena de denuncia), y que ese mismo respeto debería ser trasladable a las creencias. A parte de que no todo es mensurable por el rasero científico: el propio método de la ciencia, por qué te enamoras de una persona que te parece fea, etc. 

En este sentido me gustaría resaltar una de las charlas de Naukas con cuyo contenido no estoy de acuerdo (pues para mí, desde el momento en que se pueda hablar de individuo perteneciente a la raza humana, no se debería experimentar con embriones) pero que aún así me ha gustado la calidad de exposición del investigador, su pasión por la ciencia, y su manera de divulgar, ¡un genio! Y en ningún momento aludió negativamente a la religión o a nadie. Un modelo para mí ;) Como @nchazarra que ha hecho una entrada crítico-satírica comparando la actitud de los creyentes ante su dios con la pasividad de la clase media de este país, y con la que estoy de acuerdo, y no me parece que ofenda a nadie. Con esto pretendo explicar que no me "pico" por cómo hablen de Mahoma o Cristo. Sé apreciar los chistes buenos, pienso.

(Vía)
Puedo parecerles exagerada, sí. Pero desde que escucho que tal dirigente político por asistir a un acto religioso, ¿cómo va a ser un buen gobernante si cree en seres imaginarios?, resulta que yo seré una peor científica (según ese patrón) porque soy católica practicante... Y no creo que sea cierto ni justo. ¿Los creyentes son peores ciudadanos, peores trabajadores, una raza despreciable y erradicable? Personalmente considero que no, igual que opino lo mismo de cualquier persona que tenga otras creencias, o ninguna. Vale, los católicos deberemos demostrar que estamos tan cualificados como otras personas, pero entenderán que no es justo que de primeras se nos califique negativamente.

Que cada uno puede pensar lo que quiera, que existe el derecho a la libertad de expresión, sí, por supuesto. Pero me parece que por encima de tal derecho esta la tolerancia y el respeto a las personas en su integridad: que incluye tanto su cuerpo (que a veces se emplea de manera sexista en anuncios tipo Axe, en el caso de la mujer), como su formación (o de-formación) y sus creencias o no-creencias.

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