19 noviembre 2011

El árbol


En mitad del pasillo
fue plantado,
y regaron con lágrimas
su semilla.

Creció fuerte y frondoso,
extendiendo sus ramas,
invadiendo las habitaciones
y ascendiendo más y
más arriba.

Su corteza rugosa
es muy áspera al tacto,
y sus raíces nudosas
hacen tropezar
para que las miradas
se alcen a su copa.

Habituado al interior,
cada vez crece más,
quiere unir tierra y cielo
en un abrazo de hojas.

Si quieres, se puede trepar
y contar tus secretos
en murmullos
a alguna rama.

Eso lo hará más hermoso,
vive de nosotros
y de él mismo,
no nos necesita.
Necesita nuestros pensamientos

Olvidado de todos,
descubierto por unos pocos,
continúa su escalada,
sin vértigo,
y cada vez crece más.
¿Lo has visto?

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